01:00 PARANOIAS DE LAS UNAS... Y DE LAS OTRAS
Gustav klimt. La sangre del pez.
Uno de mis pintores favoritos.
(Aquí he eliminado un trozo). Era estrictamente necesario.
No me gustan las cosas serias. Creo que la vida es tan seria que roza el cachondeo. Y ya que lo roza, mejor sobarlo directamente para darnos cuenta de la imbecilidad que sería tomársela en serio.
Esta noche es pálida. Pálida porque no sé cómo sentir las cosas. Simplemente dejo que me rocen. A veces las sobo. A veces no hago nada. A veces las lleno de palabras. A veces me las quedo mirando. A veces las retuerzo. A veces no siento.
Muchos ratos perdidos pierdo el rato pensando en que las cosas tienen que ser. Pero otros ratos me encuentro pensando en que daría igual una cosa que otra. Un perro que un gato. Una ola que un plato. Un momento que cualquier momento.
Daría igual que yo estuviera aquí a que estuvieras tú. Daría lo mismo si leyeras estas palabras o si no lo hicieras. A veces, algo es muy importante en nuestra vida, un hecho, una persona, pero si no estuvieran inventadas seguiríamos viviendo con otros hechos y otras personas. Y eso me hace sentirme un poco vacía. No porque yo sea invisible a esta vida, sino porque las cosas que veo lo sean.
Y veo que la gente da importancia a ese tipo de cosas. Si no tengo esto... si él no me quiere, si no consigo este trabajo, si no tengo dinero de aquí, y yo, tan accesible hasta ese momento, me cubro con este letargo de sentimientos y palabras para decir: "Todo está bien. Las cosas saldrán lo mejor posible". Porque, qué decir?... que no es importante? que ese piso aunque no sea tuyo lo será de otra gente, que tú tendrás otro, quizá mejor o quizá peor? que esa persona no te quiere porque la quiere a ella? y qué tiene ella que no tienes tú? y yo qué sé, pregúntaselo a él, ni que yo tuviera poderes o algo... y mi dinero, qué haré sin él? pues ser un poco más pobre qué cojones, como si eso importara algo. Y si no me puedo hacer una tabla nueva mi surf será una mierda. Sí, lo será, contenta? una puta mierda, pero crees que eso es importante para tu piso, tu dinero, tu chico? pues no. Ni de coña.
Y eso hace sentirme extraña. Dentro de la inseguridad que da el que todo ande bailando ahí delante, pendiente de algo ajeno o no tanto a lo que pueda hacer, una se siente bastante segura. Porque controla. Porque te acaba dando una especie de aceptación de la fatalidad o de la felicidad, una serenidad que te calma al mismo tiempo que te deja un hueco por esas cosas sustituibles por otras cualesquiera.
Y realmente creo que todo tiene un porqué. Creo en la causalidad, tal vez por esto me vi un día sorprendida por esta nueva certeza. Hay muchos caminos, todos diferentes, todos válidos, todos caminos al final. Cada uno nos lleva a un sitio, a veces al mismo, otras a los opuestos, ninguno más trascendente que los otros.
Por eso ahora no tengo la urgencia que sentía hace tiempo. Porque sé que las cosas son, y van a serlo de todas formas. Aunque es necesaria la acción: no se puede dejar que suceda sin más porque entonces no sucederá nada. Sólamente enviar la energía de las cosas en la dirección de nuestros sueños sin intentar ser trascendentales ni demasiado seri@s.
Hace tiempo leí una cosa en un libro que me marcó desde entonces. "Hemos venido a este mundo a jugar, a divertirnos". Creo que es lo más sensato y revolucionario que se puede llegar a pensar.
Yo actúo, pero hay cosas que quizá sean como tienen que ser por una razón. Aunque pienso que quizá no, me gustaría estar equivocada.