Sylviaworld
Atencion, esto es una miniserie de articulos recopilatorios de otro blog.
En realidad somos como muñecas. Me encantan estas muñecas con los ojos tan grandes y caras fashion. Vivimos en nuestro mundillo de Pin y Pon y todo nos parece lo más importante del mundo pero no es así. Sólo es nuestro mundillo. A veces conviene salir y ver más allá, otros paisajes, otros mundos, otros puntos de vista.
Nos quejamos y nos quejamos por todo, cuando sólo se trata de disfrutar de lo que tenemos y soñar con lo que queremos, no es tan complicado, la vida es más sencilla de lo que parece, cuando aprendemos eso nos hallamos en un estado de paz inexplicable, sea en la playa, en el sofá o en los brazos de alguien. Sea en la sonrisa de un perro o en el sabor de un helado que se te derrite por el brazo. Es simple.
Menos aguantar y más tomar decisiones. Normalmente el camino adecuado está en nuestros sueños, por qué nos resulta tan difícil darnos cuenta de esto? porque tenemos miedo, y no somos conscientes de que, o tenemos fe o tenemos miedo, pero ambas cosas son incompatibles, así que nos pasamos gran parte de la vida sintiendo un miedo irreal que nos agarrota para ser más libres.
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Ya es lunes, eso significa que sólo quedan 3 días para el fin de semana!
Veo que nadie hace comentarios en mi blog, sí, reconozco que no tiene mucho que ver con el de antes, pero a mí me gusta, a veces pongo cosas incongruentes, pero es que leYRe es de muchas maneras, le encanta la ropa, la filosofía, el humor, la tristeza, le gusta buscar cortes de pelo y no pretende ser de una manera o de otra, sino de todas a la vez.
Hoy a ver de qué os hablo... quizá del surf. Sí, creo que María y yo somos las únicas surfers que no estamos todo el día hablando de surf en nuestro blog, así que ha tocado.
Bueno, comentaros que desde hace unos 7 meses no había disfrutado del surf. No sé porqué. Todo empezó por mi ex, me ponía muy nerviosa en el agua porque no paraba de mirarme :S jajajaaj ya véis qué tontería... pero a mí eso no me deja disfrutar. Después al cambiar tanto de tabla, de la 7’6 a la Santa Marina y después a la fish, pues no me amoldaba a ninguna y acabé no estando a gusto de ninguna manera en el agua.
Una tortura, que estés haciendo una de las cosas que más placer te producen en esta vida y que no estés a gusto. Te metes al agua, intentas hacer algo sin perder la ilusión pero sales tras cada sesión con un disgusto y una apatía mayor. No alcanzas a comprender porqué te sigues metiendo pese a todo. Sigues sintiendo el ansia dentro de ti, en las branquias que te están saliendo, pero sales decepcionada una y otra y otra vez.
Hasta el lunes pasado.
Después de un fin de semana de sueño, llegó el lunes. Era tarde, muy tarde, el sol se estaba empezando a poner en el horizonte y María decidió meterse al agua. Nosotras tres estábamos fumando un peta y pasamos de entrar. La Bati estaba sarro y en la triangu había unas fotografías increíbles y unas orilleras algo lentas.
María entró directamente a la tri por el acantilado y nosotras bajamos por las escaleras intentando pasar desapercibidas de la fauna del murito (sólo nos faltó escondernos en los coches). Entramos en la corriente esperando rescatar un poco de dignidad de aquellas babas que llegaban en cada serie. Nos fuimos acercando poco a poco a la triangu hasta que entramos directamente, remando un buen trecho.
Llegué con mi depresión de olas, mi falta de práctica mental pillando, mi recelo por mis facultades, mi desidia... se levantaba un buen pico casi al lado de la laja de rocas, una derecha perfecta y caliente, con los rayos de sol besándola por todas partes.
La primera que remo me lleva al cielo, una derecha pequeña, bien formada que sigo hasta que se termina. La segunda es una izquierda. El agua está caliente y el baño es de los mejores que recuerdo. El sol sigue poniéndose, las cuatro en el agua, el mar del color de la plata... luego vendrá la subida por el acantilado que me hará jurar en hebreo que voy a dejar de fumar. O al menos, dejar de subir por esa cuesta asesina.
El sábado hay otra sesión. No es tan mágica pero el izquierdón que cojo es de época, como los que cogía antes, cuando disfrutaba del surf. He vuelto a hacerlo. Cerca de la triangu, en plena corriente se forma una ola que veo venir de lejos. Empieza a romper una pared que parece querer tragarme y pienso que matar, no va a matarme, así que me tiro. De izquierdas, con lo mal que se me dan ahora. La cojo, la sigo, giro, y para acabar, hago un tirabuzón en el aire con todo el cuerpo para celebrar esta ola. Preciosa.
posted by Sylvia at 4:56 AM 3 comments links to this post
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