CUANDO SE HINCHAN LOS NEOPRENOS
Con estos maretones no sé a vosotr@s pero a mí se me hinchan las pelotas.
Como si fuera fácil vencer el miedo, el canguelo, el frío, la inercia, lapeli de los sábados, la resaca de los domingos, el calor del sofá, la suavidad de la cama, el cansancio de las tardes, el traje húmedo (y meau), los recuerdos, los dolores de articulaciones, los viajes en coche, las olas de mierda... como para aguantar otro invierno más, y con éste van unos cuantos ya.
Aunque todo este tiempo ha vencido los catarros, la pereza, el frío, el calor, la circulación, la condromalacia rotuliana, la largura del invierno, la soledad de las playas, las noches de farra sin hora de vuelta, el aburrimiento, el ansia, la tristeza...
Aunque tenga un neopreno hinchado por varias partes, harto de muchas cosas, tengo un neopreno de millones de meadas, de millones de risas, de millones de atardeceres, de tiritonas en el agua, de maldiciones en un lado de la boca, de momentos felices y cachondos y de esperanza. Verde como los viejos que dan caramelos.
Así que quizá no es que esté harta, quizá mi neopreno sólo se haya hinchado por un pedo.
2 comentarios
aKuA -
Mira que no se te llene de agua....
Sr. Martínez -