Ser romántico
Nota: no me saltéis a la yugular, que el 0’0001% de este texto es de coña.
Curioso nombre. Romanticismo. Vendrá de romance?. El romancero gitano... Romanceando, tócame un romance romancero. Román... el guerrero éste, era navarro?. Bueno, que me voy...
Hablando con un chico que se denomina romántico estoy sacando un tema interesante para despellejarme un poco. El tema me deja intranquila con unas cuantas incógnitas. Son serias ellas.
Bueno, a ver, la primera es: desde los 14 años hasta los 30 un tío quiere ligar, beber cerveza, si es surfista probablemente fumar petas, y follarse a la mayor cantidad de tías buenas en 500 metros a la redonda (no sé porqué siempre han tenido un problema de medidas). Sí, no suelen ser muy exigentes a esa tierna edad. Se quejan de que el 100% de las mujeres quieren cazarlos (sí, algunos son un poco animales) y obligarles a procrear y crear una saga de los Brady con su cuerpo acnéico y lleno de pelos.
Pero de repente, algo sucede. A los 30 ocurre la terrible mutación. De repente, todos se autodefinen como románticos, y lo peor es que actúan como tal. Buscan a la mujer de su vida, cargarte de hijos y bichos peludos de cuatro o cinco patas y cargarte con el dúplex para que hagas un jardín en forma de corazón.
Romántico es aquel que te llena la cama, el escote y la bañera de pétalos de rosas rojas y luego las tienes que limpiar tú. Pone música romántica, te saca la guitarra o la flauta travesera que aprendió a tocar cuando tenía 14 años y pretendía follar con ella (en la primera acepción, no saquemos esta frase de quicio) y te da una serenata de tres minutos que parecen tres días de Ramadán. Te pone la chaqueta al salir de un restaurante de pijos, hace 0º y te pone su chaqueta de lana fría por encima de tu pelliza. Y tú dices: “hombre hijo, no nos pasemos”. Y le ofreces un kleenex para que se quite la estalactita que le cuelga de la napia.
Pero él resiste. Cuando tienes cara y pelos de bruja él ve a Blancanieves, te hace el desayuno y te lo lleva a la cama con una flor, siempre una rosa roja. Tú rumias una tostada con medio gruñido y te cagas en lo más barrido porque te has pinchado con la jodida espina de la puta rosa de los huevos. Y él lo encuentra adorable.
El romántico es un adicto a la parafina. Pone velas en el 99’9% de su hábitat. A mí estas cosas me acojonan. Cena con velas, baño con velas, dormitorio con velas, jardín con velas, playa con velas... Cuando se te acaba el incienso que tienes para quemar en el baño te da como palo echar mano de una de esas velas aromáticas para que no huela. Esas cosas marcan.
Estás en un bar y el romanticismo hace que os quedéis media hora de reloj mirándoos a los ojos. De mirar tan fijamente su pupila empieza a moverse a ratitos, y, es curioso, es como un ojo de buey en el que se puede ver reflejado todo lo que pasa en el bar. Mira, aquella baila como el culo, menuda toña que lleva.
Lo malo es que después del miraje intensivo ves una luz blanca delante de tus ojos que hace que veas borroso un buen rato. El fijarse tanto debe ser abrasivo para la retina.
Eso sí, autodefínete como románticoescéptica y la razón será quealguientehahechodaño, es científicamente imposible que alguien tenga un poco de repelús alérgico por la palabra romanticismo si tiene hormonas femeninas. Las tías somos románticas por XX.
Y tú sigues pensando igual que cuando tenías 14 años. Te da un poco de cosa el compromiso, quieres conocer a alguien interesante y que las cosas surjan, no le haces una ficha completa con análisis de adn incluido a ningún posible pretendiente. Nunca has pretendido cazar a nadie, y menos ahora, que te das cuenta de lo afortunada que eres que en la treintena puedes dedicarte a hacer lo que te sale, en vez de algunas amigas tuyas que tienen una recua pegada al dobladillo de los vaqueros y pétalos de rosas en sancalentón.
Tampoco es que descartes nada, simplemente te dejas llevar y que la vida te muestre tu camino, y lo más curioso es que sabes, que aunque te aparezca un chico romántico hasta la diabetes, si tiene un encanto especial y te estimula de todas las maneras estimulables entre dos personas, agarrarás su chaqueta de lana fría, sus pétalos de rosas, sus trillones de velas aromosas, las tirarás a la basura con una sonrisa y le dirás: vale de gilipolleces, yo sólo quiero una puesta de sol y déjate las copas de cristal de bohemia que la tenemos, tráete un par de birras y nos sentamos a magrearnos un poco a la orilla del mar y a echarnos unas risas. Yo tampoco he traido bikini, pero podemos probar la temperatura del mar si quieres. Y después haz el favor de quitarte la palabra hacerelamor de la boca y haz el favor de follarme como dios manda.
8 comentarios
maca -
alvaro -
Interior MAn -
Alvaro -
Desde luego q concuerdo contigo en q el romanticismo exagerado y moña es empalagoso e igual de desagradable es ser mas bruta q un arao, aunq kizas todo dependa del grado de sensibilidad de cada un@.. para mi hay momentos super romanticos con una tortilla de patatas y una litrona y otros en q te gastas una pasta en suite con yacuzzi y velas con champan y nada sale bien...
"Haz el favor de follarme como dios manda"...Ay diosito lindo q miedo me das....jajajajajajajaja
Si en el fondo tienes tus dias de gatita y otros de tigresa!
Un beso y bnas olas
Alvaro
Perryluna -
El Romanticismo no existe! Es algo que se inventaron los juglares en la Edad Media para llenar la cabeza a las doncellas con fantasías. De ahí el Romancero, antes no había. Había "historias de amor"
Ahora en vez de juglares está Hollywood: No hay nada como el Final Feliz, las escenas de camas llenas de pétalos, los revolcones en la orilla de la playa... (esa arena de playa que se mete y se pega en todas partes!)
Pero el romanticismo tiene que vivirlo cada pareja según es. Las velas les pueden encantar a unos y asquear a otros.
Romanticismo? Yo sólo quiero verla mañana y que ella también quiera verme.
KRIS -
Jakob -
Wahinekoa -
Es cierto, algunos chicos creen que somos raros especímenes a quienes hay que tratar de una manera especial, estereotipándonos como caza-algo, ñoñas pijas, pero a quienes no se entiende. Y nada más lejos de la realidad, en general nos va lo romántico lo justo, apreciamos más el sentimiento con que se hacen las cosas que las formas, sólo que toda esa parafernalia se ha inventado para echar una mano a los que andan un poco perdidos ;-)))
A mí las velas me encantan, las flores también y mirarle a los ojos me hipnotiza, pero lo que más me gusta es ÉL y lo único que quiero es sentir lo que significo para él, haya o no puestas de sol, música de violines o de la banda de cartón ;-)))